jueves, 26 de junio de 2008

TRAVESIA DEL CAPITAN POR LOS MARES INFINITOS DE LA SIMPATIA DE SU AMADA.

CUENTO INFANTIL ESCRITO LO MAS RAPIDO POSIBLE COMO UNA PETICION PARA EL MES DEL MAR.



De nuestras ilimitadas y continentales costas, tenemos el inmenso y ancho mar, majestuoso, tempestuoso y temerario, que como versa un viejo adagio, "todo lo pese quien domina el mar". Navego, y mis siderales sueños, viajan por olas infinitas, para llegar a la dulce y encantadora doncella marítima que me espera una vez arribado el barco, que me hace navegar por tan inconmensurables e infinitos territorios. Si, como el holandés errante, voy, buscando el sideral puerto de mi inspiración, en estas ilimitadas y anchas lejanías. El azul es el color de el agua, que con su dulce y acogedora música, mece para iluminar la infinita luz, que se pierde en el sideral e interminable horizonte de mis sueños. Porque como cual indómito capitán que tiene su rumbo fijado, mi destino es navegar, por los océanos de tu sonrisa, para llegar por medio de las ensenadas de tu personalidad, a estacionar mi colosal y elegante nave, en lo puertos de tu sonrisa. Donde allí, a la sobre de los femeninos estero que decoran y fronterizan tu personalidad, dejo anclado mi escultural buque para perderme en una personal navegación, en los confines del infinito océano de tu personalidad. Porque es el sueño de todo indómito y gallardo capitán, que su gallarda y hermosa doncella lo espera al final de su marítimo y continental viaje, y como un entendido y arriesgado navegante, cruzas los sombríos puertos de la esperanza, para arribar en su omnipotente nave, donde se encuentra ella, su soñada doncella de mil cuentos de marinos y hadas. En ese misterioso devenir del viajar marítimo, tan valiente capitán, enfrentó mil peligros para poder llegar donde su prometida. Hasta tubo que desafiar al mismísimo rey Poseidón , para poder de esa forma arribar y llegar adonde las criaturas marinas lo acorralaron, pero en su valiente travesía logra salir airoso, por las armas ocultas que llevaba en su indumentaria. Y no olvidó el desafió final, donde su tripulación solo se limitó a contemplar, como con su mortal arpón, le da muerte a esa gran ballena que le había prometido un fatal duelo o morir en el intento. OH cuanta valentía que nuestro capitán posee, hasta que por fin llegó a los brazos de su amada doncella, que lo esperaba después de haber pactado con las hermosas y musicales sirenas, que le había dicho que si su capitán no lograba vencer las pruebas del mar, ella se convertiría en una sirena para toda la eternidad.


FIN.



Es tan infinito e indescriptible porque su envergadura cubre a todo el mundo, contemplando a los cuatro puntos cardinales, y es tanta la inmensidad que abarca y engloba el mar, siendo tempestuoso y temerario, que como versa un viejo adagio, “todo lo posee quién domina el mar”. Anhelado sueño del capitán Rogers, que como cual marino indómito que ha navegado por los siete mares; se ha lanzado a la conquista del infinito océano; para rescatar a su cautiva princesa Claudia, que se encuentra prisionera en los dominios de la tristeza, dónde se sitúan los universos de la desesperación, en el punto donde ningún navegante ha llegado: Los oscuros dominios del rey Poseidón. Una vez iniciada la travesía su tripulación se mostraba temerosa, porque sabían que debía enfrentar a muchos peligros para lograr el anhelado rescate; y en la ruta marina, el capitán Rogers se encuentra con “El holandés Errante”, que le pregunta donde va y luego el holandés le responde que no tiene rumbo fijo, sino que su destino es navegar y navegar por los infinitos mares; luego el capitán Rogers le interroga sobre como llegar a los dominios de Poseidón, y el holandés le dice que ningún marino ha logrado escapar de tan peligroso lugar; entonces el capitán Rogers le dice que es porque debe rescatar a su amada, la princesa Claudia, y que es tanto el amor que profesa por ella, que estaría dispuesto a dar su vida si fuera necesario; entonces, el holandés que conocía todas las rutas de los mares y océanos del mundo, le hace entrega de un mapa que lo guía para llegar a esa ruta muy poco conocida y temida por los marinos: Los dominios de Poseidón. El capitán Rogers agradecido, le entrega un invaluable tesoro al holandés, en pago por haberle dado la ruta de rescate para su princesa. Continúa la travesía, y a lo largo de los días, se encuentra con el capitán Ahab, a bordo de su navío “El Pequod”, y le pregunta como iba para llegar a los dominios de Poseidón, y le dice que bien, que ya no le faltan muchos días de navegación, y el capitán Ahab le pregunta si ha visto a la ballena blanca Moby Dick, y le responde que sí, hace unos días navegando hacia el oeste, entonces el capitán Ahab, emprende su rumbo hacia el oeste, y el capitán Rogers hacia los dominios de Poseidón. Porque es el sueño de todo indómito y gallardo capitán, que su soñada y hermosa doncella de mil cuentos de marinos, lo está esperando al final de su marítimo y continental viaje; logrando su anhelado rescate con la ayuda de su fiel y valiente tripulación. Como un experimentado y arriesgado navegante que cruza los sombríos puertos de la esperanza, y los mares de la aventura para arribar en su poderosa nave, y lograr el anhelado y soñado encuentro con ella, su enamorada doncella de cuentos de hadas. Y en ese misterioso devenir del viajar marítimo, tan valiente capitán, enfrentó mil peligros para poder llegar donde su prometida, tormentas eléctricas, maremotos, contiendas con piratas, pero nada de esto pudo detenerlo en su misión. El capitán Rogers, que comandaba su valiente tripulación, a bordo del majestuoso navío “La furia”, navegó y viajó por los interminables mares. Como en un surrealista viaje, por olas infinitas, para llegar a los dominios de Poseidón. Pero el camino no estaba ajeno a mil peligros, que el capitán sabía que debía enfrentar, y en una de sus valerosas pruebas, le tocó desafiar al kraken, un monstruoso pulpo que guardaba recelosamente la entrada de los dominios de Poseidón, y logra vencerlo con toda la artillería que llevaba en su poderoso navío “La Furia”, al lograr arponearlo en medio de los ojos, único punto vulnerable de tan feroz e invencible bestia. Una vez pasada esta prueba, el capitán Rogers escucha la voz del mismísimo Poseidón que le dice que debe continuar solo su travesía, sin la ayuda de su tripulación, si deseaba ver a su amada Claudia, entonces el valiente capitán sin pensarlo dos veces, sigue su camino para desafiar personalmente al mismísimo rey Poseidón, pudiendo llegar de esa forma adonde las criaturas marinas lo acorralaron, pero en su valiente travesía logra salir airoso, por las armas ocultas que llevaba en su indumentaria y no olvidó el desafío final, donde su tripulación, temerosa y muy asustada se limitó a contemplar como le daba muerte con su sable, al mismísimo rey Poseidón. Oh cuanta valentía que nuestro capitán posee, hasta que por fin llegó a los brazos de su amada doncella, que lo esperaba después de haber pactado con las hermosas y musicales sirenas, que le habían dicho que si su capitán no lograba vencer las pruebas del mar, ella se convertiría en una sirena para toda la eternidad.


Fin.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece muy bien, que por fin hayas expuesto tus trabajos en la red, es la única forma de hacer masivo su conocimiento.
Felicidades.
Gueldi