MATURALEZA MUERTA
(Jose Maria Cano)
No ha salido el sol
y Ana y Miguel
ya prenden llama.
Ella sobre él,
hombre y mujer
deshacen la cama.
Y el mar que está loco por Ana
prefiere no mirar.
Los celos no perdonan
al agua, ni a las algas, ni a la sal.
Al amanecer
ya está Miguel
sobre su barca.
Dame un beso amor,
y espera quieta
junto a la playa.
Y el mar murmura en su lenguaje:
- ¡Maldito pescador!
Despídete de ella,
no quiero compartir su corazón-.
Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel.
Dicen en la aldea,
que esa roca blanca es Ana.
Cubierta de sal y de coral
espera en la playa.
No esperes más niña de piedra.
Miguel no va a volver.
El mar le tiene preso
por no querer cederle a una mujer.
Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel.
Incluso hay gente que asegura
que cuando hay tempestad,
las olas las provoca
Miguel luchando a muerte con el mar.
Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
en la orilla a que vuelva Miguel.
Y llorar, y llorar y llorar por él.
Y llorar, y llorar, y llorar por él.
Y llorar, y llorar, y llorar sobre el mar
"LA PRINCESA Y EL MAR"
Ella ha llegado, y las extendidas llanuras de esta larga y angosta faja de tierra llamada Chile; se regocijan y tiemblan ante el femenino poderío que emana de los dominios correspondientes a su majestuosa presencia. Nuestra diva, diosa, y deidad nos privilegia con su gloriosa visita: Ana Torroja está en Chile. Metafóricamente, una diosa ha bajado del olimpo, para habitar en la tierra de nosotros los mortales: sus fans y admiradores. En un sideral y romántico viaje, ha seguido por el camino de los sabios, buscando paz, tranquilidad y quietud. Y yo en las recónditas y fantásticas galaxias de mi personal imaginación, logro divisarla a la distancia. Donde el astro rey, acaricia las aterciopeladas extensiones de las sabanas, correspondientes a su frágil, delicada y escultural silueta. Para glorificarla dejándole un tropical bronceado, matiz similar al ébano, decorado en las femeninas extensiones de su aromática piel. Y aunque la inmensidad del infinito mar, no se compara con la de su incomparable belleza; ella se desplaza con las aureolas de su delicado caminar, por medio de esas costeras y siderales riveras playeras. Y la majestuosidad del mar se ve opacada, mediante su simple movimiento de levantar y fijar su omnipotente mirada. Por la cual se vislumbran en ese metafísico camino, espectrales e infinitos horizontes surrealistas. Pero más que la fuerza de su mirada, es el auditivo sonido que se desprende mediante los articulados registros, que conforman en indescriptible universo de su voz. Que como cual particular encantamiento, nos lleva a vivir y soñar, en otra dimensión musical. Pero hoy ella busca quietud y calma. Al mismo tiempo que su llegada a Chile, es un anticipo que alberga en un futuro no muy lejano, la realización de nuestras esperanzas: Su actuación en Viña del Mar. Y nosotros los fans, encantados por tan mágica presencia, condensamos nuestras increíbles y desbordantes energías, orientadas hacia el carismático objetivo de querer verla; que con su elegante mano nos estampe su histórica y añorada firma. Deseamos estar con ella, pero la quietud del mar, nos
transmite la más estricta de las prudencias, y nuestras avasalladoras fuerzas imperiales, se condenan para transformarse en el más discreto y profundo de los silencios. Señores, dejemos a nuestra princesa tranquila, quiere descansar. Como cuales furtivos pescadores, que románticamente se lanzan al mar, pero que a diferencia de "Miguel", en "Naturaleza Muerta"; que no pudo volver a reencontrarse con "Ana" su amada. Nosotros volveremos a verla. Nuestras esperanzas se habrán cumplido, y nuestra infinita espera será recompensada.
FIN
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