sábado, 9 de agosto de 2008

ENSAYO SOCIOLOGICO Y AXIOLOGICO SOBRE CARIDAD Y TOLERANCIA

AUTORES: MUNIR EDUARDO ELUTI CUETO.
HARALD CASTILLO MENDOZA. (INGENIERO INFORMATICO).
LUIS GARCIA MORENO. (CORONEL DEL EJÉRCITO DE CHILE).
DANIEL GUZMAN RUIZ. (INGENIERO ELECTRICO).
LUIS VERA RUIZ. (CONTADOR AUDITOR).



ENSAYO SOCIOLOGICO Y AXIOLOGICO ENCARGADO POR EL SEÑOR LUCIANO ALVARADO TORRES. PROFESOR DE ESTADO EN EDUCACION GENERAL. Y TEORICO FILOSOFICO.


INTRODUCCION

En el presente ensayo sociológico y axiológico, se estudian y plantean de una forma específica y puntual dos grandes valores en la formación sociológica como personal del hombre: la caridad y la tolerancia. Dichos valores representan a lo largo de la historia cronológica, mundial y universal toda su trascendencia en la humanidad. Expresando por ejemplo en la caridad el amor al prójimo, desde un punto de vista religioso, y por supuesto privilegiando la dignidad del hombre. Porque la caridad es entendida como una virtud. En cuanto a la tolerancia es definida como un valor y elemento unificador entre diferentes razas, credos, creencias tanto religiosas como políticas. Que ha servido a lo largo de los tiempos, para afianzar y reforzar los lazos de fraternidad a nivel mundial.


LA CARIDAD

La caridad, se define como “uno de los primeros deberes del hombre. Una virtud muy apreciada, y relacionándola con credos, y religiones. Nos lleva a la búsqueda de la justicia al reparar en el hombre en lo que son los planos de la desigualdad de los medios, por condición social, biológica, o cultural que puedan afectar a su prójimo o semejante. El objetivo de la caridad, es ayudar a la visión clara de nuestros semejantes, en el interior de cada hombre que exportador de la verdad. De una forma superior de humanismo, que es notada cuando más escasea. La caridad no es mera beneficencia, ni menos una forma de de gratificación a uno mismo. Es un acto de caridad, el suministrarle al hombre los medios que le faltan para que a su vez, sea útil a sus semejantes. Ya que de esta forma se ejecuta un doble acto de justicia solidaria, pues al beneficiar a uno de los hombres se beneficia a todos, y recíprocamente a la sociedad. La caridad como comportamiento humana, que se asocia a una de las grandes virtudes teológicas. Y el diccionario enciclopédico de la lengua española, la define como: “La consistencia de amar a dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo tomando la caridad como un gesto humano de desprendimiento espiritual como material”. La caridad es una de las tres virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad por sí misma. Que debemos buscarla en nosotros mismos; y luchar contra un individualismo desquiciado. De faltos doctos sacerdotes del bienestar humano. La caridad se cultiva día a día y “empieza por casa”, como dice versa la sabiduría popular chilena. Se vive de ella; empieza en nosotros mismos. Nos ayuda a combatir la maldad, rescata al extraviado, ayuda a claudicar al intolerante, al indolente, al hombre en tinieblas porque la caridad es luz, que convierte a la libertad, igualdad y fraternidad en principios dignos del hombre. Schopenhauer, dice que los filósofos antiguos reconocieron las cuatro virtudes: justicia, fortaleza, benevolencia, y excluyeron a la caridad; la cual siempre existió en los hechos y en la práctica, antes del cristianismo. En Europa y en Asia mil años antes se hablaba del amor al prójimo: Ejemplos: El veda, el karma, el itihasa, el purama, la doctrina del buna Sakya Muni, y los filósofos antiguos como Cicerón y Pitágoras, en la obra “Fundamentos de la moral”, se exponen que de la justicia y de la caridad derivan las virtudes cardinales. Spencer, plantea que también los egipcios tenían conducta caritativa. Cotidianamente y actuando la caridad alude a la beneficencia, el que el bien a los demás, y en el mundo alude a la limosna de los necesitados o entendida como forma de compasión. Existe la escala axiológica y sociológica de valores: Caridad, tolerancia, fraternidad, secreto o silencio, y sabiduría. La caridad en su contenido puramente humano es hacer el bien. Socorrer moral y materialmente al hombre sin herir si dignidad, proporcionándole el bienestar espiritual. Que le lleva a la alegría de vivir y realizarse a sí mismo. Y en sus seres queridos. La caridad es el principio de la virtud, donde emana la moralidad, y es respeto por la personalidad de otros, es fraternidad y consideración por los hombres de diversas razas o credos. La caridad tiene directa relación con la honradez. Con esto el hombre debe ser capaz de vencer sus vicios y debilidades. Para actuar desinteresadamente en su generosidad. Caridad no es ostentación o devolver favorecer o beneficios futuros. El hombre debe trabajar en el bien de la humanidad, para lograr el cambio profundo desde el interior del hombre hacia el exterior.


CONTENIDO Y PRAXIS DE LA CARIDAD

La caridad como virtud humana tiene una serie de exigencias:

1) Debe ser activa: El hombre embotado por la contemplación del sufrimiento ajeno, no hace verdadera caridad.

2) Debe ser obra de voluntad; o sea una expresión de libertad y autonomía.

3) Debe ser consecuente con la moral, con ella debemos actuar con excelencia.

La virtud de la caridad tiene dos sentidos: uno deviene en alivio y beneficio para el desvalido (objeto de accionar), y el segundo constituye una forma eficaz de crecimiento espiritual. La caridad también es solidaria. Esto es una exhortación al cambio, dado que en el mundo profano el hombre parece guiarse por una moral fundada en el desprecio y desagrado por los logros y triunfos ajenos. La caridad también alude a la filantropía: philos: que es amor, afección antropos, que es hombre. La filantropía pasa por el debilitamiento y destrucción definitiva de todo lo que separa al hombre, y que se funde en diferencias ideológicas, económicas y/o políticas.


FORMAS DE PRACTICAR LA CARIDAD


Los talentos del hombre son el pensamiento, el hablar, la acción y el afecto. Entonces la caridad se puede practicar mediante el efecto positivo de sentimientos y emociones positivas. Al desear fe, esperanza, y amor ante quienes tienen miedo, depresión o algún otro pesar. El poder de la palabra también es otro medio de practicar la caridad. Mediante palabras de aliento, de armonía, de comprensión. También se puede ejercer la caridad en forma efectiva trabajando los talentos personales, en la vida social, económica, y política, por ejemplos: En la escuela, en las instituciones, en las juntas de vecinos, centros de apoderados, y universidades.


LA TOLERANCIA


La tolerancia es infinita. Porque es saber distinguir entre la verdad y la mentira. La sinceridad y la hipocresía, la libertad y la esclavitud. En la sociedad humana encontramos odios, envidias, traiciones y toda clase de violencia; engendra egoísmos, determinando un comportamiento equivocado. Por citar un ejemplo de la Biblia: Adán y Eva tuvieron dos hijos Caín y Abel. Caín era labrador de la tierra, y Abel era pasto. Ambos eran hermanos que hacían ofrendas a dios, quemando sus frutos sobre una piedra, y Abel hacía lo mismo quemando uno de sus mejores ganados. Caín muy enfadado decía: “El humo de tus ofrendas se eleva al cielo, mientras que el humo de las mías se arrastra por el suelo como si a Yahvé no le gustaran mis sacrificios”. Caín muy envidioso de su hermano Abel a quien dios le favorecía y distinguía con su bondad, no pudo ocultar su enojo. Dios le pregunto a Caín, ¿Por qué estás enojado y andas mirando el suelo? Si obraras bien, andarías con la cabeza en alto, pero como obras mal, el pecado recaerá sobre ti. Así Caín preso de la envidio mato a su hermano Abel. Con esta cita de la Biblia ilustramos un antiguo ejemplo de intolerancia movida por la envidia. La tolerancia palabra grave de cuatro sílabas, que encierra en sí el secreto de la armonía, la acción de tolerar, el respeto, y consideración hacia las opiniones o las prácticas ajenas. Claro que nuestros propios criterios personales deben establecer la diferencia, entre lo que es tolerable y lo que es complaciente, o tolerancia en demasía. La tolerancia religiosa, es la condescendencia mediante la cual se deja libre a cada uno par que practique la religión que su fe le diga, pero teniendo el cuidado de no llegar al fanatismo, ya que la humanidad nos ha ilustrado a lo largo del devenir y correr de sus tiempos cronológicos sus consecuencias. La tolerancia y la caridad son grandes virtudes humanas que hacen crecer interior, personal y espiritualmente a quienes las practican, y apelando a la conciencia del hombre, de la cual debemos erradicar el engaño, y la envidia, como la que sintió Caín al matar a su hermano Abel. Por medio de tolerancia y la caridad podemos aspirar a perfeccionar al mundo, susceptible de a un mejoramiento indefinido y continuo con el devenir de los tiempos cronológicos de la humanidad. Según los planteamientos y fundamentos de la filosofía mielorista. Que nos plantea que esta moral de aspiración tan bellamente simboliza en la hermosa estatua “la quimera”, que es el sueño, que anhelamos y buscamos. Por tu dicha búsqueda espiritual e idealista hace que hombres de diferentes edades, trabajen en su perfeccionamiento personal. La tolerancia nos hace aceptar que en la sociedad, en la cual vivimos y nos desenvolvemos está estructurada por hombres de múltiples individualidades, credos, doctrinas, religiones, pensamientos, formas de vida, los cuales debemos aceptar y respetar. Porque cada hombre tiene sus propias aspiraciones, ideas, convicciones, y un accionar diferente a los propios y/o individuales. Y que si no existiera la libertad de pensamiento el hombre se puede llegar a esclavizar en todo tipo de planos, tanto mentales como físicos. Y en todo orden de cosas. Y por medio de la tolerancia podemos buscar un camino personal e interior, y distinguir lo bueno y lo malo para así ahí proyectarlo al mundo. La tolerancia es una acción reflexiva, y no debe confundirse con la convivencia pasiva de aquellos que consideramos injusto. La pasividad es inacción e inactividad, es una acción de debilidad, cobardía, o comodidad. La tolerancia es la práctica de un acto de voluntad, es el ejercicio de querer aceptar lo diferente a lo nuestro. Implica confianza en nuestras propias convicciones, para convivir con ideas que no son la nuestras. La tolerancia, como acto dinámico, consciente, vivo y reflexivo; no es le suicidio de nuestros valores. No es el rehusar a aquellos que consideremos verdadero. El sentido de la tolerancia, de la tolerancia es de todos la posibilidad de representar sus puntos de vistas, pero no de esperar que ninguno responda de corazón, por lo que piense en particular. El comportamiento diferente de los que son plantean los principios de la tolerancia nos lleva a dejar de creer en nuestras propias metas, tolerancia no es aceptar la destrucción de dios, porque eso nos llevaría a aceptar porque es aceptar la destrucción de la humanidad. Debemos ser tolerantes y practicarla frente a los valores de intelecto. A los derechos inherentes de cada ser, a las creencias éticas, políticas o religiosas. Ser respetuoso de las instituciones que no comparten nuestras ideas. Y por medio de la tolerancia enriquecer a toda la humanidad. Ya que debemos conocer las creencias ajenas a las propias, y enriquecernos de los aspectos positivos, en todo orden de cosas, que ellas nos puedan entregar; según nuestro propio concepto de tolerancia personal. Por citar un ejemplo histórico, de la vida de Mozart, se le resaltan la su caridad y tolerancia, y como lo expresó José Ortega y Gasset: “Si quieres entender a un hombre, procura averiguar cuales son sus ideas e ideales”. Debido a que en el período histórico de la vida de Mozart, se realizaron importantes transformaciones en la manera de pensar de los hombres de su época. Surgiendo nuevas concepciones sobre igualdad, libertad y tolerancia. Siendo su obra Y/o vida la natural reacción contra el régimen absolutista imperante. De modo que citar a Mozart, al estar inmerso en este sistema, tres semanas antes de morir, y a la edad de 21 años, sintiendo el deseo irrefrenable de decidir su vida y liberarse de las ataduras que le ligaran al servicio de la corte de Salzburgo, solicita la dispensa que se le otorga el primero de septiembre de 1777. El período histórico en que vivió hace pensar que además de tolerante, vivió una inmensa caridad. Desarrolló su existencia en reacción hacia el absolutismo en todo orden de cosas. Mozart entendía la tolerancia como una actividad de conciencia racional, que recae sobre el ámbito general de las ideas, es decir que se refiere a las cuestiones religiosas, filosóficas, políticas, pero por sobre todo artísticas y musicales. Esta convivencia racional iba a consistir en la sustitución del dogmatismo, por un cierto relativismo, la sustitución de la imposición y la fuerza, por la convicción y el acuerdo.


CONCLUSIONES

La caridad es la motivación y acción constante de beneficiar de beneficiar, y ayudar material, intelectual, y espiritualmente a quienes están en los lazos del infortunio y en la necesidad.

La caridad es desinteresada, discreta, silenciosa y fundada en el entusiasmo de la utilidad y la construcción. Sin esperar retribución de una vida celestial con recompensas materiales.

La caridad no es renunciar a lo propio, sino que a entregar de parte de nosotros, y de todo corazón a quien necesita. Y el hecho de poder dar no materialmente sino humanamente, nos enriquece de una forma espiritual. Y por consiguiente nos lleva al principio de amar al prójimo, como a nosotros mismos.

La caridad es la luz en nuestras vidas, es el sustrato valórico y axiológico que convierte a la libertad, la igualdad y la fraternidad en principios coherentes con una visión de un hombre, en toda su dignidad.

La tolerancia nos hace fluir en nuestro interior la bondad y un alto espíritu de justicia.

La tolerancia nos plantea que nadie puede estar en un error absoluto, ni tampoco poseer la verdad absoluta perfecta. Debemos ser indulgentes y no pedir a los demás que vean el mundo, sus creencias, sus credos, sus formas de vida y pensar como lo haríamos nosotros mismos.

Ahora no debemos imponer autoritariamente nuestra manera de ver, sino que hay que llevar a los demás a descubrir lo que uno mismo ha visto, y aprendido, pero desde el punto de vista del prójimo.

De la tolerancia fluye la bondad, la indulgencia, el respeto, y la justicia. Además por medio de la tolerancia podemos llegar a la filantropía, que es hacer el bien a los demás. Desde nuestro corazón, y de ahí proyectarlo al mundo exterior.

FIN.


BIBLIOGRAFIA:



“Diccionario filosófico”
Manual de materialismo filosófico
Autor: Pelayo García Sierra
Revisado por Gustavo Bueno
Biblioteca Filosofía en español
Oviedo 1999


Diccionario enciclopédico de la lengua española de la real academia.


“El diccionario de la tolerancia”
Autor: Carlos Llano Cifuentes
Acciones Diciembre 1995


“Chile actual” Anatomía de un mito”.
Autor: Tomas Moulian,
Editorial Lom. Santiago 1971.


“Chile Actual, anatomía de un mito” .
Autor: Tomas Moulian.
Editorial. Lom-Arcis, Santiago. 1997.


“El árbol del conocimiento”.
Autores: Maturana y Varela.
Editorial universitaria. Santiago 1984.


http://www.mercaba.org/FICHAS/capuchinos.cl/fraternidad_y_caridad_fraterna.htm

No hay comentarios.: