Muchas religiones sitúan al nacimiento de Jesucristo,
en Judea. Pero haciendo un poco de historia, la rusa lo sitúa en Siberia. Y
como todo ser superior, desde su más temprana infancia, Gregorio mostró
diferencias en relación a otros niños de su edad, ya que él marcaba un notorio
misticismo. Que se expresaba en esas largas horas en las que se entregaba a la
meditación, en los bosques de los alrededores, dejando desconcertadas a las
personas que lo rodeaban, y sobre todo a los niños que no entendían, los
impulsos de su introspectiva conducta. A la temprana y adolescente edad de los 18 años,
Gregorio decide tomar más a pecho sus estudios y meditaciones, por lo que se
decide y viaja hacia el monasterio de Verjoturye, para asentar y madurar más
sus poderes. Y fruto de este enclaustro a los tres meses, le es dada la
revelación de su visita celestial de su madre, la virgen María, sintiéndose ya
todo un místico. Y posteriormente como ya era todo un religioso, en lo
que respecta a su reputación de ser superior iluminado, Gregorio se siente todo
un profeta, por los poderes que como todo ser superior, le había revelado Dios;
decide poner sus dones al servicio del prójimo, para ayudar con su dominio a,
como debía de ser, erradicar el mal. Y como tal tenía dones curativos, que por medio de su
infinita fe, podía mejorar milagrosamente a los enfermos más graves. Pero no fue hace 2000 años, que Gregorio hubiera
caminado entre nosotros, sino que recién en 1905, una dama zarina llamada Anna
Výrubova, le busca intensamente para hacerle un llamado, que visite el palacio
de los zares, con la finalidad de que, con su sorprendente potestad, pueda sanar
a su hijo Alexis Nikolaevich, de un grave mal: la hemofilia; enfermedad
desconocida en esa época; y ante tan urgente invocación, Gregorio, accede y
procede a mejorar a su agonizante hijo. Una vez realizada tal obra de beneficencia, Gregorio
siendo ya todo un profeta es apodado, por su vocación religiosa “el monje
loco”. Gregorio era un hombre alto, por haber sido elegido un
profeta de Dios, y como tal, poseía una hábil y muy elocuente oratoria y
discurso, con el que convencía a las masas, de seguir el camino correcto hacia
la salvación del alma. Y en dichos discursos, por tener una mirada penetrante,
a veces se tornaba un poco violento en sus alegorías; ya que era muy seguro de
sí mismo.Por consiguiente, Gregorio como todo vaticinador que se sabe conocedor de la sabiduría milenaria rusa, y con la finalidad de que sus
palabras y prédicas no se las lleve el viento, decide escribir sus enseñanzas,
para dejarlas estampadas y de esta forma que sean aprovechadas por las
generaciones futuras. Porque él pensaba como todo sabio, en lo que respecta
a tener su erudita concepción de la naturaleza que nos rodea: "El aire que hoy desciende a nuestros pulmones
para llevar la vida, llevará un día la muerte. Y llegará el día en que no habrá
montaña ni colina; no habrá mar ni lago que no sean envueltos por el hálito
fétido de la Muerte. Y todos los hombres respirarán la Muerte, y todos los
hombres morirán a causa de los venenos suspendidos en el aire." Como todo ser superior, también tenía sus opiniones y
enseñanzas en lo que respecta al ámbito religioso, ya que su naturaleza de
místico se lo exigía, y él a sí mismo. "Mahoma dejará su casa, recorriendo el camino de
los padres. Y las guerras estallarán como temporales de verano, abatiendo
plantas y desbastando campos, hasta el día en que se descubrirá que la palabra
de Dios es una aunque sea pronunciada en lenguas distintas. Entonces la mesa
será única, como único será el pan". Claro que Gregorio, como todo sabio asceta, ya conocía
de ante mano su secreto de la inmortalidad, él había predicho a futuro, algo
que todos los hombres con fe, tienen miedo y terror: el fin del mundo. Y ante
este hecho tan inexorable, pero desconocido al mismo tiempo, Gregorio había
tenido la siguiente visión: "Y cuando los dos fuegos sean apagados, un tercer
fuego quemará las cenizas. Pocos hombres y pocas cosas quedarán; pero lo que
quede deberá ser sometido a una nueva purificación, antes de entrar en el nuevo
paraíso terrestre". Y como todo gran religioso, Gregorio poseía poderes de
clarividencia, que en ocasiones le permitían interpretar o especular el futuro.
Una de ellas muy famosa fue la que realizó sobre su supuesta muerte: "Siento que moriré antes del primero de Enero...
si soy asesinado por plebeyos, y especialmente por mis hermanos los campesinos
rusos, nada tendrás que temer... tu trono se asentará por cientos de años y tu
hijo será Emperador y Zar. Pero si soy asesinado por nobles, mi sangre
permanecerá en sus manos por veinticinco años. Tendrán que abandonar Rusia, los
hermanos se enfrentarán a los hermanos, el odio dividirá las familias y el país
se quedará sin nobleza o Imperio..." Pero en toda Rusia se sospechaba de que Gregorio, como
todo adivinador iluminado, podía haber poseído el don de la inmortalidad, ya
que no fueron pocos los intentos que hubieron en su contra, para asesinarlo;
porque fue envenenado y luego le dispararon, logrando escapar milagrosamente al
salir huyendo de los salones del zar. Se cree que Gregorio, viajó no solamente por Rusia y
Jerusalén, sino que a lo largo de todo el mundo, y en el lugar donde iba, él
era conocido y recibido con mucho cariño por toda la gente que le rodeaba, ya
que con sus poderes religiosos él podía sanar a los enfermos que estaban en
desgracia. De esta forma, Gregorio no se sabe en qué lugar del
mundo está, ya que por su inmortalidad, se desconoce su lugar y paradero, pero
de lo que sí hay una certeza, es que pasó a la historia por su apellido, que
fue conocido en todo el mundo: Rasputín.
FIN
1 comentario:
curiosa analogía con Jesús. Coincide con algunas teorías con respecto al fin del mundo, así como con otras que especulan inmortalidad de algunos famosos.
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