"Dicen que
Quetzalcóatl fue quien creó el mundo y lo llaman Dios del viento, porque dicen
que Tonacatecutli cuando le pareció bien, sopló y nació así Quetzalcoatl."
códice
Telleriano-Remensis
Lo único que tenía existencia relevante era la nada.
Ya que aún no nacía el universo como lo conocemos, entonces uno de los dioses
de la antigüedad, en conjunto con el dios cristiano de la creación, decidieron
crear el universo, con galaxias, vía láctea, y planetas. Dentro de los planetas que se conocieron por el
hombre, fue la tierra. Concebida por el dios supremo de la creación, Quetzalcóatl. Dios náhualt de la cultura
mesoamericana con forma de serpiente emplumada. Su cuerpo de serpiente
representa la forma humana, y sus plumas sus cualidades y principios
espirituales. Siendo el
creador de la tierra porque era considerado por la religión tolteca, como el
dios de la vida, luz, sabiduría, fertilidad y conocimiento, además de ser el
patrón de los vientos, y el regidor del oeste. Como todo dios trascendental, Quetzalcóat tenía su biblia, que eran sus enseñanzas o
"antiguas palabras", llamadas
Huehuetlahtolli, relacionadas con el sexto sol, y con la finalización
del calendario maya, en el año 2012. Dentro de la cosmovisión tolteca, que era la cultura
dominante en mesoamérica, se plantea que el universo tiene una naturaleza dual;
vale decir por un lado crea al mundo, y por el otro lo destruye, tratando de
establecer un equilibrio entre estos dos aspectos, (como el bien y el mal). Y
la faceta destructura del mundo, se llamaba Tezcatl. Quezacóalt en su infinita sabiduría, creó al hombre, y
a los primeros habitantes de la tierra. Y el rey Mixcoatl que fue el primer
hombre creado por Quetzacóalt, le mandó a edificar una pirámida tolteca
dedicada a su adoración, que databa del siglo II, agradecido por su nacimiento
y creación. La figura divina de Quetzacóalt, estaba relacionada
con la estrella de Venus, situada al lado del volcán Popocatépetl vista durante
ocho meses al año, indicando que dicho dios vendrá a la tierra dos veces al
año, la primera para traer fertilidad y cosecha y la segunda, sería la
destrucción del mundo. Ya que, la religión tolteca habla de tradiciones y
leyendas urbanas del renacimiento de Quetzacóalt, según su Códice. En lo que es el Centro Ceremonial de Xochicalco, en
Morelos, se descubrieron tres estelas relacionadas con el dios Quetzalcóatl, la
primera que es poética siendo ésta el ciclo de Venus; luego la segunda su
aparición como estrella de la mañana, y la tercera su conversión a estrella de
la tarde. El hombre tolteca junto con dedicarle alabanzas a su
dios creador, se dedicaba a trabajar la tierra para cultivar el maíz, que era
la fuente de su principal alimentación. Claro que el hombre en su deseo de poblar al mundo se
entregó al vicio; de modo que Quetzacóalt para redimir al hombre, también era
un dios de penitencia. Y por ello para ordenar el caos, le ofrecían
sacrificios humanos dedicados a Quetzacóalt; en un "Tzompantli" que
era una especie de estante donde eran colgados los cráneos de los muertos.
Debido a que la religión politeísta del imperio tolteca estaba dominada por
Quetzacóalt; y Tezcatlipoca era un dios guerrero enemigo de Quetzacoált. Porque Tezcaplipoca es el señor del cielo y de la
tierra, es la fuente de vida, tutela y amparo del hombre, es el origen del poder y la felicidad, guerrero y dueño de
batallas, omnipresente, fuerte e indivisible. De modo que el hombre tolteca
adoraba a estas dos grandes divinidades. Como toda deidad superior, Quezacóalt tenía a su más
grande sacerdote, que era Ce Ácatl Topiltzin, el más grande de los reyes
toltecas. Era tanta la rivalidad entre los dioses toltecas, que
los seguidores de Tezcatlipoca, guiaron a Topiltzin y los seguidores de
Quetzacóalt a las afueras de la ciudad, aproximadamente en el año 1000 DC.
Dirigiéndose al sur, en donde se libraron encarnizadas batallas, derrotando a
los mayas en la ciudad de Chichén Itzá, reclamándola para sí mismos. Pero esto no terminó, ya que en la derrota Topiltzin prometió regresar a Tollan que era
la capital de la cultura tolteca para vengarse, porque Tollan era gobernada por Quetzacóalt en su época
dorada; siendo este un lugar paradisíaco de perfección universal. Sus
habitantes practivaban el crecimiento por medio de baños rituales, rezos,
ayunos, y autosacrificios propios de la vida sacerdotal. Era tanta la devoción que a veces los seguidores de
Quetzacóalt, por llevar esta vida de sacrificios, perdían la noción de la
realidad exterior. Y de esta forma se dieron cuenta de que los seguidores de
Tezcatlipoca, ganaron el acceso al palacio espiritual de Quetzacoált. El rey Topiltzin regresó a Tollan, con huestes
guerreras que tenían por finalidad, derrotar a los soldados de Tezcatlipoca; y
de esta forma recuperar el palacio espiritual de Quetzacóalt; para luego volver
a la época dorada de Tollan. Pero desgraciadamente no tuvo éxito en tal empresa,
porque todos los seguidores de Quetzacóalt, estaban derrotados, de modo que el
rey Topiltzin, se ve en la imperiosa necesidad de esconderse en Tollan, jurando
que regresaría a buscar su venganza. Porque Quetzacóalt al estar vencido, se convirtió en
mortal, y dejó de ser un dios, para luego reencarnarse en Topilzín y huir
nuevamente de Tollan para siempre. Pero con Topiltzín, nunca se sabía realmente
que nos depararía el destino. Con el correr del tiempo, Topiltzín siguió la ruta al
oeste de Tollan hacia el mar, viajando por muchos pueblos y sitios sagrados,
dejando su rastro en formaciones
rocosas, y nombres en lugares de México, hasta llegar a la costa en donde se
embarcó hacia el mar. Mientras tanto Huémac, que fue el último rey tolteca,
posterior a Topiltzín; tomó para sí mismo el lugar de Quetzacóalt, como gobernante
de Tollan, en medio de un desorden urbano causado por Tezcatlipoca, de modo que
la ciudad de Tollan era todo un caos en el reinado de Huémac. Pasado el tiempo, nadie sabía de Topiltzin. Debido a
que él en sus viajes aprendió la artes y ciencias, ya que debía preparar su
venganza en contra de Huémac. Entonces para que no lo reconocieran a su regreso,
comenzó a dejarse barba, y a usar una máscara; y de esta forma su rostro se
empieza a perder en la memoria, pero no su nombre, que causaba terror sólo al
ser nombrado y recordado por los habitantes de Tollan. Muchos de los habitantes de la capital tolteca, creían
que Topiltzin había muerto en su exilio, embarcado hacia las costas del golfo;
y en relación a esto la leyenda sostiene que se había convertido en "la
estrella de la mañana", Venus. Y efectivamente Tipiltzin regresó a Tollan,
aproximadamente en el año 1519, aterrorizando a los mexicanos herederos de la
cultura tolteca. Pero no regresó sólo, sino que armado de ejércitos,
que arrasaron con los gobernantes de Tollan, para instaurar nuevamente la
cultura tolteca, y así de esta forma, Quetzacóalt pudo reinar nuevamente,
separado de la forma humana de Topiltzin, y convertido en el dios de la
creación del mundo.
Fin.
1 comentario:
Acabo de leer dos cuentos de tu autoría, La creación del mundo e Inconsciente colectivo. Me parecen interesantes, siempre he pensado que esto de escribir es como pintar, algunos cuadros son más exitosos que otros y los que saben un poco más de la técnica lo entienden o aprecian de mejor forma. A mi parecer ambos son apetitosos e interesantes, me los imagino bien dada mi aventajada capacidad de llevarlos a la realidad a través de mi mente.
La creación del mundo es mitológico para muchos, visto desde el punto que tu lo planteas. Yo personalmente algo de eso entiendo, conocía algunos nombres y no me ha sido tan difícil ubicarme en el contexto que presentas, seguramente te habrán dicho que es surrealista y que escapa a la historia oficial.
Inconsciente colectivo, es como el sueño que muchos tienen de realizar algo y lo postergan... lamentable y al mismo veo entrega de información que aunque para nosotros es sabido para muchos es desconocido. Cristóbal es el navegante sin temores jejeje.
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